Redactar para un lector objetivo es el dominio de una técnica. Es frecuente creer que con solo ser hablantes nativos de español (en este caso) podemos redactar sin el conocimiento de ciertas reglas y cometemos errores que complican aún más el trabajo de leernos. Porque sí, es bueno saberlo: redactar es un trabajo, pero leer también lo es.
¿De qué hablo cuando digo "errores al redactar"? No me refiero a incorrecciones gramaticales o faltas de ortografía (tema que se aborda
en esta otra entrada) sino a estilos que no ayudan a una buena redacción.
TOP 10 de errores inaceptables a la hora de redactar
1. Utilizar un léxico pedante
¿Porqué elegir palabras como "inicializar" por
iniciar? Al redactar usemos un estilo objetivo, conciso y ojeable (escaneable). Esto no evita que busquemos la riqueza léxica. Siempre funciona bien la forma compacta, sin demasiados adjetivos o metáforas y los párrafos cortos.
2. Promocionarnos a nosotros mismos
Nadie desea ser torturado con una parrafada acerca de lo maravillosos que somos. Conviene ser concisos, ir al grano y quitar adjetivos a nuestros méritos.
3. Repetir palabras o expresiones
Cuando escribimos para la Web necesitamos reiterar una cierta cantidad de palabras claves para que los buscadores nos indexen. Lo deseable es que esos vocablos sean los únicos repetidos por una cuestión de SEO.
4. Incluir ideas redundantes
Debemos tratar de expresar nuestras ideas de la forma más directa posible. Por eso hemos de huir de redundancias como "Lapso de tiempo" (Lapso), "en el día de hoy" (Hoy).
5. Usar palabras de plástico o comodines
Redactar con estas palabras, cuando otras definen mejor lo que queremos decir, produce como resultado un
texto vacío. Las que más circulan son:
cosa,
cuestión,
algo,
esto,
eso y los relativos
que,
el cual...("La honradez es una
cosa muy rara", pero todo es
cosa en este mundo, ¿acotamos?).
6. Abusar de los verbos débiles
Entre ellos nos encontramos verbos como
tener, ser, estar, encontrarse, hacer. La oración resulta más expresiva si los sustituimos por verbos fuertes con un mayor contenido semántico. Las cláusulas que mejor funcionan por escrito están compuestas de: un sujeto, un verbo vigoroso y los complementos requeridos.
7. Alejarnos del diccionario
El redactor debe seleccionar el lenguaje adecuado a su estilo. Para este fin (como cualquier trabajador) necesita un conjunto de instrumentos. Los diccionarios (semánticos, bilingües, de sinónimos, de uso y otros) son indispensables para la tarea de redactar.
8. Emplear demasiado la voz pasiva o los gerundios
Es normal en algunos textos administrativos o jurídicos, ya que se trata de contenidos neutros. Fuera de esas áreas es bueno limitarlos porque provocan un efecto de lentitud y rigidez: "este texto
ha sido redactado por mí", la forma de expresión activa, más ágil, es: " yo
redacté este texto".
9. Los rellenos que no agregan nada
Todos los hemos padecido:
simple y llanamente,
como es natural,
de alguna manera,
está claro,
indudablemente...
10. No tatuarnos en un lugar visible: "Corrígete a ti mismo"
Corregir nuestros propios textos no es una tarea sencilla. Cuando redactamos nos concentramos en la idea que queremos transmitir y no en su corrección. Los
obsesivos sabemos que los textos que revisamos varias veces tienen más oportunidades de ser publicados.
El dominio de la lengua es importante en todas las profesiones, pero esta importancia resulta esencial cuando la palabra es la herramienta de trabajo. Espero que estas pinceladas acerca de mi experiencia sean útiles a todos los que comienzan a redactar. Si no es así, siempre podéis
contratar a un redactor freelance que os ayude con vuestros textos.
"Dentro de lo permitido, utilizar lo más simple, aquello que está en la esencia de la lengua y en la corriente de su genio" (Martínez de Sousa 2004: 39)
