La evolución del Departamento de Sistemas

Slået op d. - Sidst ændret d.

No somos los que solíamos ser, antes eran innumerables líneas de código y un análisis en la marcha para lograr un objetivo puntual y favorecer al negocio. Era menos presupuesto y menos tecnología, por lo tanto, se implementaban soluciones  austeras, sin perder de vista el giro de la empresa. La lealtad  era a toda prueba, si al timbrar el SII te hacía un orificio en tus formularios continuos, nos quedábamos lo necesario para lograr que la impresora de punto se saltara dicha zona. Para ello no se requerían reuniones de equipo, ni controles de cambio, ni el clásico encogimiento de hombros con la premisa de que “ese problema no está en mi ámbito”. Era un lindo ambiente, el desarrollador y/o el analista era parte de la familia, tenía un escritorio común y corriente, y no era tratado como un Dios o un extraterrestre. Sus objetivos estaban alineados con la situación contractual del giro, si había crisis, también le bajaban el sueldo como a todos, y si quería un aumento, lo conversaba con el dueño de la empresa. Las pirámides que lo hacían invisible no existían.

La figura del estratega de sistemas

Hasta que llegó el estratega de sistemas, generalmente uno de los más arrogantes líderes de la manada y su primera gran idea fue subutilizar a los valiosos recursos informáticos que la empresa conservaba como parte del inventario. Les dio tareas menores porque no tenían su “amplia visión de las necesidades del negocio”, curiosamente nadie sabía cómo llegó ese espécimen tan despreciable, que no le pedía café a la viejita de la cocina, se lo exigía. Dicen algunos que el nieto del dueño, con su flamante diploma de ingeniero comercial, convenció al abuelo de que había que modernizarse.

La continua evolución del departamento de sistemas

¿Qué sucedió al final de la historia?, bueno, todos los sistemas de la empresa están externalizados, los datos están en manos de terceros, no quiero ni imaginar que va a pasar con la información cuando termine el contrato. Cuando falla un mouse, llega un chico siempre con cara nueva, perteneciente a la empresa de outsourcing que se encarga del soporte, de hecho nadie los conoce por su nombre porque viven cambiándolos. Cada 2 años hay cambio de computadores y de software, más de lo necesario diría yo, si de hecho la secretaria todavía no terminaba de aprender a usar todas las maravillas del último Office, cuando nuevamente se lo cambiaron. Se sextuplicaron los gastos en informática, se aumentaron las dependencias del edificio, hay una gama de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, el viejo Junior sigue llegando igual de temprano para llevar los depósitos y las facturas, y el contador bebiendo litros de café y consumiendo muchas horas para sacar el balance. Lo peor de todo, es que la empresa tiene las mismas maquinarias y factura casi lo mismo que hace 20 años, solo que ahora el viejo viene menos a la oficina, y su brillante nieto vive encerrado en su lujosa oficina revisando los paquetes turísticos. Para que decir el jefe de sistemas, éste tiene la máquina más cara y subutilizada del lugar,  vive en seminarios y desayunos, quemando sus neuronas para en la próxima reunión de directorio,  dar su gran discurso de renovación de algo, ¿de qué?, no sé, esto de las tecnologías de información avanza tan rápido, que siempre tendremos material para proponer una “mejora”. banner nubelo

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